Al reservar mesa para cenar, nos perdimos las vistas y el entorno rural que se intuyen en la visión nocturna y que seguro hacen el lugar aún más recomendable. A pesar de esto y de lo que nos costó llegar, mereció la pena conocer la cuna de la popular sidra Trabanco. Una camarera muy amable nos recomendó las especialidades de la casa: bacalao - en su modalidad en tacos con cebolla confitada y pimientos - y chuletón de buey. De entrante, unos huevos con patatas, jamón y pisto que hicieron las delicias de mis acompañantes.
El llagar está situado bajo el comedor y se puede visitar con cita previa por el precio de 8 euros que incluyen degustación de quesos asturianos y sidra del propio tonel, además de un cursillo de escanciado de sidra. Más información sobre las visitas en www.casatrabanco.es
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